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Rezo del Rosario con el AVE de Fátima

¿Por qué rezar el Rosario todos los días?

 

1. Se adapta a las posibilidades de cada uno.

 

 Sor Lucía dice que Dios es un Padre que “se adapta a las necesidades y posibilidades de sus hijos”, porque “si Dios, por medio de Nuestra Señora, nos hubiera pedido que fuéramos a la Misa y recibiéramos la Sagrada Comunión todos los días, sin duda habrían muchísimas personas que dijeran, con toda razón, que eso no era posible”.

Sin embargo, la Sierva de Dios precisó que “rezar el Rosario es algo que todos pueden hacer, ricos y pobres, sabios e ignorantes, grandes y pequeños”, en cualquier lugar, en común o en privado y en diferentes momentos.

 

2. Nos pone en un contacto familiar con Dios.

 

 Sor Lucía indica que esta oración sirve “para ponernos en contacto con Dios, agradecerle por sus beneficios y pedir las gracias que necesitamos”.

“Es la oración que nos pone en contacto familiar con Dios, como el hijo que acude a su padre para agradecerle por los regalos que ha recibido, para hablar con él sobre preocupaciones especiales, para recibir su guía, su ayuda, su apoyo y su bendición”, añadió.

 

3. Es la oración más agradable para recitar después de la Misa.

 

 Sor Lucía afirma que después de la Santa Misa, rezar el Rosario –teniendo en cuenta su origen, las oraciones que contiene y los misterios que se meditan–, “es la oración más agradable que podemos ofrecer a Dios y la más ventajosa para nuestras propias almas”. “Si ese no fuera el caso, Nuestra Señora no lo habría pedido con tanta insistencia”, sostuvo.

 

4. Las cuentas del Rosario ayudan a cumplir nuestros ofrecimientos diarios.

 

Sor Lucía responde cualquier inquietud sobre el número de oraciones en el Rosario, aclarando que “necesitamos contar, para tener una idea clara y vívida de lo que estamos haciendo, y para saber positivamente si hemos completado o no lo que habíamos planeado ofrecer a Dios cada día, para preservar y mejorar nuestra relación de intimidad con Dios y, por este medio, preservar y mejorar en nosotros mismos nuestra fe, esperanza y caridad”.

 

5. Ayuda a recibir mejor la Eucaristía.

 

En su libro, la vidente de Fátima asegura que se puede considerar el rezo del Rosario como “una forma de prepararse para participar mejor en la Eucaristía, o como acción de gracias” después de haber recibido el Cuerpo de Cristo.

Ella agrega que, si bien se pueden usar muchas oraciones excelentes para prepararse para recibir a Jesús en la Eucaristía y preservar nuestra relación íntima con Dios, no cree que haya “una más apropiada para la gente en general que la oración de los cinco o quince misterios del Rosario”.


6. Preserva las virtudes teologales.

 

“Dios y Nuestra Señora saben mejor que nadie lo que es más apropiado para nosotros y lo que más necesitamos. Además, el Rosario será un medio poderoso para ayudarnos a preservar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad”, sostiene Sor Lucía.

 

7. Evita caer en el materialismo.

 

La hermana Lucía va directamente al grano y asegura que “aquellos que dejan de decir el Rosario y no van a la Misa diaria, no tienen nada que los sustente, y terminan por perderse en el materialismo de la vida terrenal”. 


SANTO ROSARIO Cómo debemos rezar

 

Toda oración puede rezarse de prisa de tal modo que aun cuando hayamos orado mucho, al final no habremos tenido un encuentro personal con Jesús y María. Si oramos así, estaremos perdiendo el tiempo. Orar es como encontrarnos con un amigo. Si nunca tenemos tiempo para él; si el tiempo que le dedicamos es demasiado corto; y si le hablamos de mal modo; habremos condenado a ésta relación a morir. Es importante, dedicar el tiempo suficiente y ponerle atención al rezo del rosario porque Dios oye más la oración del corazón que la de los labios.


Dispongámonos en actitud de esperanza, contemplemos con María el rostro de CRISTO.

 

La señal de la Santa Cruz

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

 

Acto de contrición.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser vos quién soy, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


MISTERIOS GOZOSOS

( lunes y sábado )

 

1. La Encarnación del Hijo de Dios.

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).


    Un Padrenuestro - 

 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

 1

 

Diez Ave María

Ave María - Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 !,2,3,4,5,6,7,8,9,10

 

Gloria - Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.   Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 Ave maría Purísima,...........

                   ........ sin pecado concebida

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre nuestra. Amén.

 

 

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.


2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.

 

«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1, 39-42)


3. El Nacimiento del Hijo de Dios.

                 

 

«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lc 2,1-7).


Un Padrenuestro - 

 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

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Diez Ave María

Ave María - Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 !,2,3,4,5,6,7,8,9,10

 

Gloria - Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.   Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 Ave maría Purísima,...........

                   ........ sin pecado concebida

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre nuestra. Amén.

 

 

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.


4. La Purificación de la Virgen María

Al circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor» (Lc 2, 21-24).

 


Un Padrenuestro - 

 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

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Diez Ave María

Ave María - Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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Gloria - Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.   Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 Ave maría Purísima,...........

                   ........ sin pecado concebida

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre nuestra. Amén.

 

 

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.


5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el Templo.

                  

«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres... 
Y sucedió que al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas» (Lc 2, 41-47)


Un Padrenuestro - 

 Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

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Diez Ave María

Ave María - Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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Gloria - Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.   Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 Ave maría Purísima,...........

                   ........ sin pecado concebida

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre nuestra. Amén.

 

 

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia.


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